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Os voy a contar una historia... es una historia que ha podido pasar, no ha podido pasar o quizás la estoy contando incompleta, pero que simplemente me apetecía compartir sobre todo, porque a falta de algo que me lo recuerde -tengo un trauma con los diarios- sé que o para vosotros soy una completa desconocida o -los que me conocéis- sois personas de las que me fío así que proseguiré...

Digamos que una amiga y yo -hacía mucho tiempo que no nos veíamos porque estudiamos ambas fuera de la ciudad en la que residimos- decidimos hacer una jornada intensiva de estudio en la facultad de lo que ella estudia ya que necesita consultar ciertos libros (cosa que a mí me da totalmente igual con tal de tener dónde sentarme y máquina de café).

En uno de los múltiples descansos que hicimos, ella decidió coger un libro que fácilmente puede llegar a ser un arma de defensa personal con miedo de que se lo robarán -es bastante caro y es mejor prevenir- y yo... yo, digamos que me bastaron 0.60€ para el café.

En fin, a lo que voy... me disponía a contarle cierta historia que le pasó "a la amiga de una amiga" -sí, por mucho que lo diga ya se da por supuesto que es... Rigoberta pero sshhh- y en la que le relataba cómo un jueves noche salió con la poca gente de clase que terminó yendo a la cena y una amiga que la iba a acoger en su casa ya que Rigoberta vive debajo de un puente donde puede acceder a la red wifi de una residencia y me temo que su sitio habitual estaba ya cogido así que...

Después de la cena se fue su amiga y se quedó con los pocos de clase que salieron, pero como la persona de la que os hablo es todoterreno pues ahí estaba, con compañeros y con ningún amigo ni amiga a la vista. En una de estas, mientras bailaban, llamó por el nombre a cierta persona que no conocía formalmente pero que conocía porque tuvo cierto asuntillo con alguien así que después de hablar con esa persona algunas que otras personas empezaron a hablar con Rigoberta.

Entre esas personejuelas, Rigoberta no recuerda cómo, empezó a hablar con... Wachi. Digamos que sí, todo empezó con Coltrane -no un personaje de la historia, el músico-... así que ahí estaban, dos personillas en una discoteca hablando de Coltrane y de ahí a Getz y así sucesivamente... tan sucesivamente que cerraron la discoteca, unos de los compañeros de Rigoberta ya hacían horas que se habían marchado y otros simplemente se perdieron, y Wachi...bueno, Wachi estaba a mi vera con un agua-ron y con una que otra sonrisa en la cara.

En esa conversación que empezó Coltrane, entre otras cosas hablaron de... otras muchas cosas; a destacar,  Wachi tenía pareja -cosa que Rigoberta se olía a leguas porque en todo ese tiempo no intentó hacer ese tipo de maniobras que son tan características hoy en día...- pero igualmente disfrutaba de la conversación y de la compañía y cuando empezó a hablar con Wachi era de lo que menos se preocupaba.

Para qué negarnos, había química entre los dos... tanta que llegó un momento en el que cierto tonteo no podía controlarse, pero ya empezaban a cerrar la discoteca, Rigoberta tenía clase al día siguiente y una cama le esperaba en casa de su amiga... pero como la casa de Wachi estaba de camino a casa de su amiga, W se ofreció a acompañarle.

Iban andando, Wachi se lamentaba y a la vez se alegraba de haber conocido a Rigoberta e incluso hablaron de seguir quedando para algún café, alguna jam session, alguna sesión de cine (estos cinéfilos de hoy en día...), pero entre estas pasaron por el portal de Wachi y digamos que esta personilla le ofreció el subir a disfrutar de la música que tenía por casa... Rigoberta después de ver que las cosas estaban claras y que en ningún momento habían tonteado DEMASIADO, no tuvo ningún problema... (simplemente era química intelectual y musical, -y física- nada más...).

"¡Coño, Rigoberta, qué te creías que te decía para subir para que te deleitaras con sus partituras? Vamos, no creo que seas tan inocente..." -Dijo Virus Margarita (la amiga de Rigoberta a la que estaba contando la historia.

"JAJAJA así es como lo llaman ahora" - respondió Rigoberta con su frase verde del año igual que "muy festivo".

... subieron y vieron partituras, siguieron hablando de música, se fueron al salón y empezaron a escuchar canciones que se alternaban cada uno...

Qué pasó? Bueno... no quiero ser muy descriptiva ni que suene demasiado "cursi" ni exagerado pero al final -para no joderos la historia- Wachi y Rigoberta sólo se besaron inicialmente una vez y otro par robados de Wachi a Rigoberta y después de darse cuenta que la oscuridad se disipaba, Rigoberta pidió a Wachi que le acompañara.

Así pues termina la historia...

He de decir que Wachi no conocía el nombre entero y exacto de Rigoberta -porque esta en ningún momento lo rebeló- y cuando intentó pedir su número, yo decidí no dárselo ni apuntar el que me repetía una y otra vez porque es mejor tener un bonito recuerdo de una bonita noche que un mal final de después, y no es bueno -tampoco- que le hagas a otra mujer lo que no quieres que te hagan a ti aunque al final cedí algo... pero en el momento en el que se sobrepasó cierto límite, la decisión final estaba más que clara.

pd: Virus Margarita sigue sin explicarse por qué no quise aputar el número y le costó creerse que no pasara nada más pero al fin y al cabo, lo que pasó exactamente sólo lo sabemos Wachi y yo...

pd2: esta historia está basada en hechos reales.

pd3: la que he puesto es una de las tantas canciones... porque no sólo hubo Coltrane.