Con mi mano izquierda sujeto cada una de las cadenas que me atan a los recuerdos; con la derecha, intento asirme a las nuevas vivencias que están por venir... pero aunque esté luchando por andar, buscar un balance... el equilibrio se desliza a un lado y me desplaza de aquí.

¡Ay, qué deliciosa sensación nace del deseo, de la atracción... de esos impulsos que con sus descargas en el cerebro se expanden por todo el cuerpo...! ¡Y qué deleite esas mil y una preguntas que con la mirada te responde, luego con un gesto y consiguientemente con el revoloteo del alma que quiere salir de sí...!

Son esas situaciones motivadas por el momento, por la lívido que se dispara cuando tienes uan percepción, cuando está ese duelo de miradas y palabras sin que -al final cuestionándote si alguien lo habrá notado, si alguien lo sospecha...- se convierte en un secreto que se marca con fuego en las miradas, en los recuerdos, en la evocación de esos instantes sin palabras cuando se acerca a ti, cerca, muy cerca, y vuestras miradas penetran una en el interior de la otra.

En la calidad de la visión se ve el deseo, en la mano de la casualidad está el consumarlo, el hacerlo un hecho, pero en el corazón de los amantes está la verdad de cada uno de sus anhelos...

Hasta mañana, cafeinómanos... igual dejo alguna sorpresa para cuando esté en tierras rumanas pero por lo pronto nada se ve claro, todo tiene pinta de tener que tenerme ocupada así que podríamos decir que en 15 días tendréis la suerte de no verme mucho por aquí así que aprovechad que no estoy para dar una fiesta.


Por cierto, se me olvidaba lo que inicialmente iba a poner en primer lugar y no este borrador de lo que no debería hacer en clase de ética... pasaros por el cajón atemporal de alguien que hace poco se acaba de unir a esta aventura del bloggeo; su nombre es MissKowalski y he de decir que promete, promete mucho...