sábado, 15 de mayo de 2010

Aventuras

No sé vosotros pero yo tengo la manía de cuando voy a coger un autobús para sea el destino que sea fijarme en la gente e imaginar la historia de su vida.

Hoy me ha llamado la atención un mochilero, a mi parecer atractivo, pero puede que al vuestro no que tenía un parecido razonable con el batería de The Killers -digo parecido razonable sólo en el bigote...- Llevaba en su espalda una enorme mochila y en la mano un zumo de naranja creo que de esos de 2 litros...

Me llamó mucho la atención y creo que se dio cuenta que le miraba fijamente pero me daba igual. Vestía unos pantalones tejanos, una camiseta manga corta gris, un pañuelo marrón y una cazadora del mismo color; pero en lo que más me fijé fueron en sus botas.

Sí, me hubiese encantado preguntale el porqué de su viaje a mi mismo destino, si quería ayuda en la ciudad... pero me temo que estaba mi madre delante y el hablar con un desconocido es algo que, como toda madre, te inculca desde que tienes piernas para caminar... pero que son esas cosas que te prohiben pero te llaman la atención, creedme, tengo experiencia en esas llamadas de atención...

Las mejores historias que tengo son de conversaciones con desconocidos en un avión, en un autobús... pero con la edad he perdido facultades.

Ojalá volviese a ser esa niña que lo quería saber todo de todos, esa niña en la que la gente confía para contarle sus vidas y que a la vez aún con su corta edad puede tener una visión de la vida con pies y cabeza porque puede que haya vivido lo suficiente para ello pero también lo suficiente para aprovecharse de su corta edad.

Ahora mismo me viene a la cabeza una mujer mayor que conocí a los 7 años en mi primer viaje en avión de 9 horas sola.; no recuerdo exactamente la edad que podría tener pero sólo sé que éramos una niña y una señora sentadas en esos sitios de par en par de los aviones.

Vi que tenía un libro en sus manos y le pregunté sobre qué iba, me había parecido impactante el título y me interesaba el saberlo; a su vez, después de contármelo me preguntó por el mío, no muy común para una niña de esa edad.

De ahí me contó de su vida y por lo que apenas recuerdo había sido una mujer muy importante del gobierno del país del que procedo e iba a pasar una temporada para conocer a sus nietos que hacía mucho tiempo que no veía y que de hecho le recordaba a su hija cuando tenía mi edad.

Yo le comenté el porqué de mi viaje también así que después de esa conversación sólo os digo que a la salida cuando ya estaba con mi madre -a la que hacía mucho tiempo que no veía- esa señora me dio su número, la dirección de su casa por si quería volver a hablar con ella...lo perdí cuando decidí tirar mi diario por un asunto que pasó y decidí no escribir más en hojas sino guardar mis vivencias en mi memoria.

Así empezó mi aventura en vuelos de más de 8 horas en los que en los 12 años he hecho aproximadamente 9 o 10 sola y he conocido a más de 10 personas de distintas edades y lugares.

Pero por desgracia a medida que creces sólo te atreves a comentar algo con el de al lado estilo "te molesta?" "ah, perdona!" pero nada más...

Qué gran desgracia tener la curiosidad de una niña pero las inhibiciones de una adulta...

Sólo os digo que en esas aventuras he sido hasta relaciones públicas de discotecas con 13 años de edad pero que incluso fue con un grupo de empresarios amigos suyos y preguntó por mi padre -dueño de las discotecas- diciéndole que había sido yo la que le había recomendado ir allí y que me mandaba un saludo enorme... hasta tuvimos un fin de semana gratis en un hotel de que era propietario...

Ahora que lo estoy escribiendo ni yo misma me lo creo si no fuera porque lo guardo en mi memoria como mis aventuras de avión conociendo a desconocidos y entablando conversaciones más que interesantes.

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