miércoles, 26 de mayo de 2010

Poesía a la orilla del mar

Me he levantado sin saber la hora, el día en el que estaba y después de haber localizado mi móvil me he dado cuenta que eran más o menos las 6 de la mañana.

Lo que sé es que mientras dormía me movía demasiado y era consciente de que lo hacía pero también lo era de que estaba soñando; hubo un momento en el que no sabiendo cómo terminé despertando de un sueño -que bien podría parecer por alguna escena del futuro próximo... tan real que asustaba- abrí los ojos, me vi sin sábanas, las puse en su sitio e intenté volver al sueño. Fui consciente que no volvería así que aquí estoy, esperando a que sea una hora para bajar a desayunar.

Ahora son las 7 de la mañana y es un nuevo día, un día en el que se supone que tendré que estar estudiando -y no me malinterpretéis, lo haré- pero digamos que tengo la sensación de que hoy no pasará nada interesante sino mi rodilla diciéndome que lloverá un poquito...

Ya está terminado el poema que escribí ayer a la orilla del mar, con mi ropa mojada del chapuzón de antes, llena de inspiración y -por supuesto- con un bolígrafo, un cuaderno y la compañía de Marion, Grace y un par de amigos más desde la distancia haciendo, ¿qué estaban haciendo? No lo sé pero lo que sé es que desconecté.

Cuánto daría yo... - Andsha
Cuánto daría yo por escribir una oda en tu pecho,
ser noche caída en futuros versos de esta obra.
Cuánto daría yo por ser aventura prohibida en tu lecho
mientras siguen en escena dos amantes, no controlan.

Qué delicioso placer es saborear tu eterno y dulce fuego
que cura y envenera a la vez mi universo.
Mas es la enfermedad y a la vez es la cura
que tiene a mi ser en este mar lleno de lunas.

Quiero palpar tu alma con mi locura,
descifrar tu tesoro, abrir el cofre enjaulado.
Seamos dos locos aventureros que se fundan,
que vivan mil historias de éxtasis sin descanso.

Mas qué condena pensar que ahora mismo no puedo
degustar el infinito de tu enjaulado cuerpo
que me lleva al infierno y al cielo a la vez,
que hace vibrar mi cuerpo y agitarse toda mi piel.

Oh, Sol que te escondes en nubes sin fin
dime con la mirada lo que deseas de mi melodía
porque suspiro, respiro y vivo de ti, mi lis
que me inspira y me funde en marea de la vida.

3 comentarios:

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Andsha:
He disfrutado de tus reflexiones y de tus versos. Es un placer pasar por aquí y encontrarte con el alma desnuda que es como más bella se es.
Tú eres el milagro pequeñito que echa a andar el milagro grande.
Besitos.
Tadeo

little red sunshine dijo...

anda que.....

little red sunshine dijo...

qu'est-ce que c' merde?!!!