miércoles, 25 de noviembre de 2009

por qué no atreverte a disfrutar de cada una de las gotas que toquen lo más profundo de tu alma?


Algo a lo que he llegado a comprender, por los golpes que me ha dado la vida, es que cada instante consta de pequeños detalles que sin duda son decisivos para tu presente y tu futuro; sin duda de todo hay que aprender, no es así?

Llegas a un instante, por imposible que parezca, tienes que aclarar qué quieres, cómo lo quieres y cuándo lo quieres (por muy doble y triple sentido que tenga...). Duro, pero por lo visto muy cierto.

Me resulta interesante cómo se va pasando de dejar de hacer las cosas por no perder el control a esperar a que pasen a ver, simplemente como el estar sentada en la mecedora de ese pueblo cambiante y ver el tiempo pasar sin nada más que hacer que mecerse y observar, sólo observar.

Pero algo está claro: lo más fácil es no rayarse la cabeza, por mucho que no puedas, pero mantenerte concentrada en algo y no esperar demasiado de las cosas porque créeme que así vendrán las cosas sin esperarlas; y también, porque puede que lleves tanto tiempo esperando algo, calculando cómo hacerlo y al final quedarte con todos esas operaciones en un reluciente y frío cubo de basura metálico.

Sea lo que sea lo que tenga que venir, pues que venga pero siempre hay que estar preparados para todas las situaciones. Por mucho que te dejes llevar, si eres una persona pensativa y que tiene la cabeza en su sitio, que se come en los pros, contras y cada una de las consecuencias, siempre hay que prepararse para lo peor, y por qué no? para lo mejor.

Sin duda en el término medio se encuentra el verdadero equilibrio, como muy bien dijo Aristóteles. Por qué no encontrar un punto intermedio entre esa fiera que quiere salir con fuerza y arrasando todo por su paso y el inocente tú que tienes en tu interior? Por qué no dejar salir tu naturaleza cuando el tiempo lo requiera y luego disfrutar de lo que te venga pensando en que mañana tendrás una pedazo de sonrisa en tu cara?

La clave está en no esperar mucho de la otra persona sino lo que te ofrece en un presente y por mucho que pienses en más, cosa que me pasa, pues simplemente quitar eso de tu cabeza y ya está!!

Simplemente pensar que si mañana fuera tu último día, no te irías con cosas que te hubiese gustado hacer?

El momento, sí, el instante tiene su clave pero la determinación tiene otra tan importante. Simplemente está la vergüenza, pero déjala atrás, a qué esperas?? por qué no poner tu mano en su pecho, ir a su oído y susurrarle algo que le deje con la miel en los labios? por qué no sonrojarte cuando te mira pero a la vez pensar en "a la mínima oportunidad haré que toda tu mente se nuble con lujuria y pasión".

Qué mejor que expresar lo que sientes? cuál es ese miedo al fracaso? por qué, cuando simplemente te das un golpe y ya sabes que esa persona no quiere, o simplemente sigues y verás la recompensa que llevas buscando?

Una frase que leí un día decía: el mundo es de los atrevidos, del cobarde no se ha escrito nada.

Pues desde aquí te doy ánimos y me doy ánimos a mí misma, porque esto no es más que un monólogo en el cual expreso esto a mí misma o a la valiente persona que ha encontrado esto interesante, que creo, directamente, que no habrá nadie no por ser más o menos interesante sino porque es lo que generalemente dicen.

La diferencia es que me encuentro en tu misma situación aunque no lo parezca, en un cambio donde te vas adaptando a una concepción que rompe todos esos cuentos de hadas que se fueron en la adolescencia pero cuyo vestigio seguía presente en lo más profundo de tu interior.

Si es que al final Disney no es más que un conjunto de películas con mensajes subliminales para las niñas de hacer que se ilusionen más para que se aprovechen de esa visión paltónica del amor que tienen y de una persona relación perfecta que pasa del príncipe azul y el vivieron felices; a una relación adolescente donde se va experimentando más que simples besitos o miradiras accediendo a una habitación de temperaturas altas pero igualmente buscando a una persona que te pueda satisfacer tus necesidades y a la vez ser un príncipe; a otra relación en la cual buscas una relación adulta esperando encontrarla en la universidad, pero luego te das cuenta de que todo es lo contrario y buscas con alguien con el cual pasar un buen rato pero igualmente esperando no tanto una relación como algo más... y así abarcar todo tipo de pensamientos que pueda tener la mente femenina, que es de la que puedo opinar porque la poseo. Pero si te das cuenta, nunca, nunca dejas de pensar en una persona que te complete y de la cual tener algo más o si la tienes, que te da pero no tanto o que esa relación puede tener sus bajadas y sus bonitos momentos...

Pero siempre, quieras que no, tenemos a esos príncipes en la cabeza, sean como sean, por lo que queda demostrado el gran efecto de esos dibujitos en nuestra infancia, adolescencia y edad adulta, en la cual, si llegas al matrimonio y llegas a la monotonía o te divorcias o te aguantas o mantienes una aventura con tu monitor de tenis o ese artista que te hace sentir libre buscando encontrar esa pasión fusionada con un idílico hombre con el cual ser tú misma...

Pero en pocas palabras: no hay nada mejor que esperar en tu mecedora; impaciente pero segura de estar preparada, o al menos prepararte mentalmente, viendo pasar el tiempo con una taza de café en tu mano y degustando de esa fragancia, de ese suave tacto que te embriaga y te hace volar a recónditos páramos. Oh sí, eso es lo que esa taza de café que es la vida te ofrece, así que por qué no atreverte a disfrutar de cada una de las gotas que toquen lo más profundo de tu alma?

1 comentario:

m dijo...

Tengo que confesarte que me la he leído entera. Sí, entera, y me ha gustado.