martes, 17 de noviembre de 2009

sueños de la una de la madrugada.


"El beso más profundo el que se ahoga en un gemido"

Las personas expresamos mediante palabras, sí. Es la manera de hablar, el tono, el orden de las palabras los que definen en sentido completo lo que quieres comunicar, pero nunca a veces nos concentramos sólo en eso y olvidamos de darle la importancia a lo que no se expresa, lo que simplemente tu cuerpo quiere decir, lo que desde lo más profundo de tu ser está deseando salir y ser libre.

La importancia de una mirada, del espejo del alma, la importancia de un gesto, de una mirada tímida, de morderse el labio... Ese espacio de luz que quiere ser descubierto pero que teme que salir, eso que se calla por temor o por pudor.

Esos pequeños detalles que son apenas perceptibles pero que son los más importantes... Hay cosas que no se pueden decir en voz alta, desde un necesito ayuda hasta un bésame como si no hubiera un mañana, como si sólo estuviéran nuestros cuerpos en un instante donde tú y yo seamos uno y donde dos corazones latan al compás del sudor y de gemidos que salen desde lo más profundo de tu ser.

Un momento en el que no veas esas capas de autodefensa, donde estés completamente indefensa con todo lo que posees que es tu cuerpo y tu alma, y tener la completa confianza en entregarla sin temer el resultado...

Oh sí, como si no hubiera un mañana! Como si todo fuese un efímero sueño, un idílico momento o simplemente el deseo de la carne, el deseo de abrazar a esa persona con todas tus fuerzas, de no temer el expresar lo que más deseas...Sentimientos del que ninguno es dueño y cuya marca y momento dura, al fin y al cabo tan solo un segundo... Donde te preguntes cómo has logrado llegar a ese lugar perdido de la mano de todo lo que te rodea como si fuera una dimensión paralela.

Sentir en carne propia cada uno de los pensamientos, deseos, miedos, anhelos de esa persona que tienes delante tuya, teniendo su corazón, su vida, sus esperanzas y que por un momento puedas decir: "eres todo mi ser, eres todo lo que deseo, eres mío, completamente mío".

Porque a veces no hay palabras que expresen lo que verdaderamente sientes, porque a veces sobran y optas por decir lo que sientes, repetirlo, creer en ello, creer que es demasiado fuerte para expresarlo porque cuestan las propias palabras, cuesta controlarlo porque simplemente van más allá de una adicción, de la piel, de lo escrito, directamente va más allá de incluso tu persona.

El deseo de encontrar lo que un día espero encontrar, el que haya un mútuo sentimiento, que esa persona se sienta completamente igual que tú y que no tengas miedos de expresar tus más profundos temores y complejos.

Demasiado idílico, ¿no?, un sueño que parece desvanecerse con el paso del tiempo y con la muerte de un romanticismo apenas existente sino en la mente de los románticos como yo, pero que quieren seguir soñando, quieren seguir esperando y lo harán en una silla espectantes sin más compañero que el suave tacto de una taza de café...

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