lunes, 22 de febrero de 2010

"Un toque de canela"


Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha apagado el gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo.


Billy Wilder.


Y qué gran razón tiene este hombre, que para los amantes del cine el reencontrarnos con películas que llevas sin ver desde hace 5 o 4 años, el verla después de tanto tiempo y recordarla es algo que no tiene precio.

Un toque de canela (Politiki kouzina, en griego), así se llama esta película y que sin duda fue uno de los alicientes para seguir con mi amor por la cocina. Porque a veces, el cocinar no consiste sólo en un recetario sino en aprender de la propia vida y sobre todo que "te das cuenta que se pueden cocinar más cosas que la comida", se puede cocinar la vida misma.

Así que no contentándome con esta tarde que tuve la oportunidad de verla con un grupo de amigas, he decidido re-verla y coger las partes que en mi opinión han tenido gran relevancia de la película.

Para las que la quieran terminar, ejem...Grace o simplemente descargarla pues os animo porque la encontré desempolvando viejos recuerdos de esas crónicas que escribía de pequeña de varias películas que te encantan.

Afortunadamente ahora está a buen recaudo junto con otros recuerdos que he decidido traer para recordar viejos tiempos.

Érase una vez, una soñadora desesperada y sin remedio que no hacía nada más que viajar en sus ideas y anhelar los tiempos futuros desentrañando lo que la vida le dé para vivir, ya sea bueno o malo...


Mi abuelo decía que en griego la palabra soñar (...) contiene la palabra eruptar (...); al principio, no le encontré sentido porque soñar y eruptar eran dos de las pocas cosas que yo podía hacer...pero años después comprendí que estaba relacionando la comida con las historias; ambas, requieren de un ritual esencial para hacerlas más sabrosas, de una presentación.


Los primeros platos:


Para hablar de nuestra cocina, hay que empezar por las especias. Yo aprendí los primeros secretos de las especias en la tienda de mi abuelo, situada en la orilla este del Bósforo.


-Dorotea, escúchame. A veces tenemos que utilizar una especia que no es para siempre para conseguir algo, para provocar algo especial.
El comino, por ejemplo es una especia fuerte, vuelve a la gente poco comunicativa; en cambio, la canela hace que las personas se miren a los ojos, si quieres decirle que sí haz las albóndigas con canela.




Mi abuelo decía que la palabra gastrónomo contenía la palabra astrónomo y así mis clases de astronomía incluían el uso de especias:


Pimienta: es caliente y quema - El Sol que lo ve todo, por eso la pimienta va bien con todas las comidas.

Mercurio, también caliente (parece comino, si no me equivoco)

Venus: canela - Venus era la más bella de las mujeres, por esa razón la canela es dulce y amarga como todas las mujeres.

La Tierra - En la Tierra hay vida, pero la vida no está ahí sin más pero lo que se necesita para la vida es el alimento, qué es lo que hace sabroso el alimentos? LA SAL. La vida también necesita sal.
los alimentos y la vida necesitan sal para ser más sabrosos.


-No te olvides nunca de mirar las estrelas, estés donde esés; ya sabes que en el cielo podemos ver muchas cosas y que hay otras quedan ocultas, háblales a los demás de las cosas que no pueden ver porque a todos nos gusta disfrutar lo desconocido.
Ocurre lo mismo con la comida, qué importa que no se vea la sal?! si la comida es sabrosa y podemos saborearla, no se ve pero la esencia está en la sal.


Y si queréis ver los segundos platos y los postres con mejores frases y enseñanzas de la vida, descargáosla o quien tenga acceso a hablar conmigo que me la pida.

No voy a terminar esta entrada con el colofón de la película sino con una frase que te marca como todas otras muchas que se dicen.

-No mires atrás, si miramos atrás en los andenes la imagen permanece como una promesa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí me ha gustado mucho la peli... al menos la parte que he visto, espero ver el final en cuanto me sea posible...

Me gustan mucho tus entradas, porque nunca esperé encontrar a alguien que escribiera cosas con las que me siento tan identificada, como por ejemplo "Érase una vez, una soñadora desesperada y sin remedio que no hacía nada más que viajar en sus ideas y anhelar los tiempos futuros desentrañando lo que la vida le dé para vivir, ya sea bueno o malo..." o "el amor por la concina" (y por las especias... mundo desconocido, misterioso y apasionante el de las especias...).

Unknown dijo...

La película es muy bonita y gracias a páginas así se pueden recordar fragmentos tan buenos como el de las especias.Me he fijado en la parte en que dice Mercurio cuando le enseña las especias y me ha parecido rojo,como pimentón,aunque la pimienta roja tiene un aspecto parecido y creo que podría cuadrar más con lo de caliente por su sabor picante.