domingo, 23 de mayo de 2010

Luchando con la quimera

Proseguí leyendo hasta las 4 de la mañana no embriagándome con alcohol sino con poesía, con pura poesía.

Suelo ser muy recelosa con las cosas que escribo pero, ¿sabéis qué? ahora quiero que quien quiera leerlas las lea, quién quiera identificarse lo haga, quien quiera comentarlas o no sea libre de hacerlo o -en su defecto- no hacerlo.

Eso sí, no son tan buenas como desearía porque al leerlas es como si ellas mismas renegaran de mí pero aún con todo son el oxígeno que mantiene a mi mente cuerda, el vínculo que tengo con la realidad que me rodea porque si no estaría perdida en un bucle de represión que terminaría por hacer que la sonrisa de mi semblante se diluyera.


Luna que arropas en tu ahogada aurora
a los que adoran tu luz en la sombra.
Olas que azotáis las rocas del cielo
romped las cadenas que me atan al sueño.

Sueño que vuela en horizontes desiertos
buscando el oasis para callar su sed.
Mientas siga la esperanza no pierde la fe
de seguir y seguir en el caminar del tiempo.

Espíritus palpitantes de un mundo perdido.
Mundo que no conoce ni un amanecer,
seguid adelante si no perdemos el hilo
de esta historia sin fin, ni cómos, ni porqués.

¿Cuál será la razón de vuestro callado desvelo?
¿Cuál será el porqué de mi incesante interés
en escuchar esas voces que a veces encuentro
susurrando historias sin que pueda comprender?

Andsha

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