lunes, 30 de agosto de 2010

Ahoga con tu susurro
la cadencia
de este corazón afligido
por la soledad de tu ausencia,
que desea atrapar
tus más profundos sueños
en sus brazos, en pasión
de tu arrebatada ciencia.


Siente las caricias
de estas palabras mías
mientras las yemas de sus dedos
recorren tu pelo
imaginando los susurros
que hagan temblar tu tierra
mientras inspire y me pierda
en el perfume de tu cuerpo.


Pero siento ver
el partir de tus ojos
en palabras mudas
que susurra mi cerebro
mientras canciones suenan
en la melodía de viento
que palpita y respira
de los suspiros de tu aliento.


Mientras tanto me pierdo
entre el gentío de la calle,
de las vidas que giran
en el tic-tac del tiempo
cuando el mío anda
solitario y desierto
por la bahía desolada
que recorro en mis sueños.


Iré por el alba
paso a paso sin camino
sintiendo la brisa
de tu aliento, que respiro
escuchando las canciones
que llenan mi alma y mi vida
cuando falta haces tú
Sol solitario y divino.


Sed de verte, de aspirar
cada hálito de tu cuerpo,
cada palabra,
cada movimiento
que realizas
sin siquiera saber
que tu ser me hipnotiza,
adentrándome en un mundo
fugaz, eterno, sin prisas.


Sed de tu voz
murmurando en mis oídos
mientras lucho con mi cuerpo
por no seguir cada vocablo
que llega nota a nota
a mi encandilado instinto
y que empieza y termina 
en melodía de tus labios.
Andsha

Podemos controlar que nuestras concepciones, nuestras vivencias, nuestra propia autobiografía no nos delaten? Se puede llegar a un punto en lo que no nos expongamos y se pueda escribir algo propio?
Por qué -echando una hojeada al pasado- se deja de actuar según lo que sientes por pudor, vergüenza o simplemente pavor al fracaso?
Lo que sí es verdad es que cada palabra, la manera de escribir describe y es espejo de quién lo hace pero el controlar lo que se escribe...será que se hace queriendo, quizás son pistas, quizás -sólo quizás- se dan las herramientas y el mapa precisamente porque no existe la presunción suficiente para cavar en un terreno para el que consideras tener muy mal pulso e incluso inexperiencia, y es -en cierto modo- desconocido? o quizás es tu propio ser que te grita para que reacciones, quién sabe...
Es algo intrínseco en nosotros, nos gana el autocompadecimiento, está en nuestra naturaleza -sin ser conscientes- que nos gusta sufrir por lo que no nos hemos atrevido a hacer y que lo ansiamos hasta que un día -se espera- que desaparezca... pero simplemente te das cuenta que los momentos perdidos no se volverán a repetir y aunque la esperanza de otros posibles y mejores -porque por algo no se aprovecharon los anteriores- llegue a tu mente, la idea que igual no puedan volver a aparecer le precede.

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