sábado, 30 de julio de 2011

En mitad de la nada con la "mejor" compañía...

Ante la perspectiva de una noche en vela después de un día durmiendo después de la tarde, noche, madrugara y mañana de ayer unido a un estado hormonal en aumento he decidido quedarme en casita con la buena compañía de unas copitas de vino y luego será decisión de la apetencia de series o películas.

Qué puedo decir de la noche de ayer sino que nada es perfecto pero la verdad siempre es bienvenida un día fuera para desconectar y divertirte con personas que valen más que el oro junto a tener acceso de primera fila a las estrellas y a unas conversaciones donde tienes que empezar a hacer los deberes porque en cuestión de música un par de los que estaban encargados, como la presente, me enseñaron muchísimas cosas... una de ellas fue mezclar algo de música electrónica con base en jazz y fusión de éstas con frases de películas tales como Network, V de Vendetta o El Club de la Lucha entre otros.

Pero esta entrada no va a ser de la noche de ayer llena de momentos de observación y de conversación antes de borrachera legendaria, voy a aprovechar para contaros que no sólo le tengo fobia a las canciones de los 80 -sí, aún intentando evitarlo... tuve que ponerlas-, sino que ahora han sido sustituidas por un breve letargo por los trenes obsoletos de media distancia de cierta compañía ferroviaria que no voy a nombrar porque monopoliza este mercado y su nombre se sobrentiende.

Trenes que con orgullo y satisfacción muchos se llenan la boca, tanto como las carreteras españolas (sí, cierta ironía), y que te dejan tirados en mitad de la nada con breves indicios anteriores de que algo no iba bien por ciertas dificultades de arrancar.

Pero eso no es lo peor, no... sino que en vez de ir vacío a esas horas o con personas normales, te dejan con 2 niñas pedantes que te miran con ojos de superioridad, con cuatro personas que cual secta se pusieron a rezar para que el tren arrancase, con mujeres que entran al baño antes que tú y te dejan un regalito que por su pequeño tamaño no puede ni ser digerido por el váter, y cómo olvidarme de los del vagón de atrás que aún con la puerta cerrada se oía cómo charlaban sobre lo parecido entre nuestro tren y el de China, y el mal uso de la lengua con preguntas tales como "se ha puesto bueno el tren?" al mecánico que nos avisó de la avería.

Creo que la posibilidad de que la próxima vez que vayamos a Tierras de Templarios de volver en tractor será considerada de manera más seria que cuando se propuso ya que eso de no dormir o ver a gente dormida en el césped con un perrito caliente con ketchup, mostaza y mahonesa como peluche o la tradición de al sonar la canción de Guardianes de la bahía (nombre en latinoamérica) o Los vigilantes de la playa (en España) y quitarse todo quedándote en biquini porque si no te tiran con lo que tengas sin importar si estás con fiebre o el ser recogidos por una furgoneta mientras andábamos los kilómetros del lugar donde estábamos hasta Monzón y ser metidos como equipaje en la parte de atrás (era una furgoneta de una empresa de construcción) con un confiestero (esta palabra no existe) de camisa hawaiana, gorro de Santa y pecho lobo junto a ese que durmió con el perrito caliente abrazado no tenían precio hasta ahora.

Así que para la próxima vez os recomiendo uno, no dormir como si no tuviérais hueso en el cuello porque lo lamentaréis como hago yo en este momento; dos, comer más verduras, hacer los deberes y ser buenos niños; y tres, por qué siempre se tiene que poner un tres?


A continuación, una de esas canciones que estaban entre mis elegidas para las de ayer...

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