jueves, 25 de agosto de 2011

Solamente por oír 
la campana de la Vela 
te puse una corona de verbena. 

Granada era una luna
ahogada entre las yedras. 

Solamente por oír
la campana de la Vela 
desgarré mi jardín de Cartagena. 

Granada era una corza 
rosa por las veletas. 

Solamente por oír 
la campana de la Vela 
me abrasaba en tu cuerpo 
sin saber de quién era. 

para que tú no vengas, 
ni yo pueda ir. 

Pero yo iré 
entregando a los sapos 
mi mordido clavel. 

Pero tú vendrás 
por las turbias cloacas 
de la oscuridad. 

Ni la noche ni el día quieren venir 
para que por ti muera 
y tú mueras por mí. 

y los amarillos inunden la seda. 

Puedo ver el duelo de la noche herida 
luchando enroscada con el mediodía. 

Resiste un ocaso de verde veneno 
y los arcos rotos donde sufre el tiempo. 

Pero no ilumines tu limpio desnudo 
como un negro cactus abierto en los juncos. 

Déjame en un ansia de oscuros planetas, 
pero no me enseñes tu cintura fresca. 

Lorca

No hay comentarios: