lunes, 22 de agosto de 2011

Recorramos hoy en 30 minutos las arterias del rastro anclado del olor de la existencia; rememoremos el aliento de una vela que cálida y sin pausa va derritiéndose día a día, año a año y así hasta llegar al último reflejo de tus dedos en la palma de mis manos.

Arroya, pues, el zumbido que deletrea la síncope de un pájaro enjaulado con el clamor de las miradas que antaño fue el distorsionado reflejo de una sonrisa al sol, el reflejo del agua en la tez y las cuerdas entonando mariachis, tangos y boleros que de madrugada clarificaba unos ojos soñolientos de los que brotaba la ilusión de la sorpresa que conforme fueron pasando los años terminó pasando.

Tantas cosas que con el musitar del tiempo van desapareciendo pero tantas otras que van llegando... así, esta noche beberemos hasta emborracharnos en recuerdos, soñaremos sin poder echar un ladrido al cielo y marcharemos por los sueños que el aliento de la torpeza de unas rodillas que tiemblan y unos cimientos sin consistencia se han deslizado con el viento.

Así susurraremos las limítrofes estrofas que se expanden porque con el día a día y cayendo en los baches romperemos las cadenas de la lobreguez de la sombra, la inconsistencia, del desperfecto.

Al final fueron 17 minutos, una copa de vino y el murmullo de la chochez junto al aliento de un mocoso caminando el rumbo.

Y ahora 4 minutos para pensar cómo decir adiós pasado y nos veremos futuro.

2 comentarios:

Unknown dijo...

tantas borrracheras de recuerdos, pero añoro tener alguien con quien compartirlas, lastima que solo me emborrache por las noches antes de caer dormida. Te sigo :)

Unknown dijo...

Qué son las borracheras sin alguien a tu vera que también pase por una y despotricar sobre ti misma o sobre las malas jugadas? Antes de dormir suelen acribillar los muy... pero hay unos que son persistentes hasta en el día...ahora me paso por tu rinconcete!