martes, 4 de septiembre de 2012

Bergman Clown (1996)
Bengt Wanselius
Comenzamos con el intento de correr despavorida de la monotonía en una búsqueda incansable de razones para las que poder vivir sin ecos. La verdad es que hace mucho que no me planto tras la pantalla de este ordenador y menos desde este nuevo pequeño hogar que estamos creando paso a paso en esta ciudad, pero el tiempo poco a poco va agotando el alba de sus gotas esperando nuevos posibles destinos en los que poder seguir corriendo.

Quizás la etapa de conformidad va erigiendo su base por aquí, sobre todo con gente que, desafortunadamente, está de paso u otras que han vuelto después de años de distancia y he tenido la suerte de toparme.

El verano va dejando sus últimos suspiros en vestigios de soles que apagan día a día su intensidad pero con la satisfacción de que se ha vivido tan intensamente que va dejando trazos de -sí, por qué no decirlo- una sintonía de sentimientos encontrados reencontrados, mayormente reconfortantes... tantos que asusta un poco por lo sorprendentemente a gusto que me hace(n) vivir.

Compartir risas con el pasado que sigue presente, suspirar nuevamente con un presente que se mece cada vez más en la temporalidad y esperar a que una nueva etapa, probablemente -si todo se da-, en otras fronteras traiga un halo que mezcla la esperanza, el temor de dar un paso que aún no se sabe si me sobrepasará y una nostalgia precoz de lo que -por gracia o desgracia- no son más que caminos casualmente momentáneos y otros que ya siguen desde mucho tiempo atrás.

Por desgracia en este comienzo del final de una etapa se encuentra lo que inconscientemente buscamos pero no esperamos cuando ya la respiración es más un jadeo ahogado.

Por fortuna esta vez sí te encuentras preparada porque ya sabes lo que es sentir lo que realmente significa que en un futuro más próximo que lejano comiences en una nueva ciudad.

Parte de esto lo comentó Nosferatu, el que se resiste a morir en una de nuestras conversaciones. Precisamente me hablaba sobre cómo los vínculos se intensifican conforme el momento de la aurora previo a la partida va llegando y encuentras ciertas cosas que no esperabas, esas mucho menos idóneas para decir cada uno de los "hasta que nos volvamos a cruzar".

Tiene bastante razón, sobre todo por sus experiencias en este tipo de "hasta -probablemente- luegos" de cuando vienes y vas de un sitio a otro, pero aunque se nos van las vacaciones y llega el último sprint antes de sobrepasar la meta que nos desvela una nueva carrera que proseguir sabes que, sobre todo y ante todo te queda, les queda, nos queda el recuerdo.

Por lo pronto, después de estas cortas vacaciones supongo que sólo me queda decir un... quién pensaba que esto está muerto, está más vivo que nunca.

4 comentarios:

Unknown dijo...

me has emocionado, corre y... sonrieme desde arriba si consigues volar, fuerzas no te faltan :)

Unknown dijo...

No sé si volar pero una sonrisa con un muchas gracias, tenlo por seguro!

Anónimo dijo...

"... quién pensaba que esto está muerto, está más vivo que nunca".

¡Enhorabuena, Andsha!

Unknown dijo...

Un abrazo, Anderea!