Ella pintando, salvaje, sobre el armario, ellos en un duelo de egos al bajo y la guitarra, la otra bajista -sensualmente- cerrando los ojos, mirando al techo, susurrando la canción mientras yo buscaba palabras para otra posible banda sonora en una cabeza con conexión limitada.
Sólo recuerdo que hablamos las palabras suficientes o quizás fueron más los actos previos los que se unieron en lo que nos llevó al delirio artístico en cada una de las expresiones. Igual, los temas tratados a mitad de la madrugada, la re cena con hierbabuena y las fotografías descaradas que jugaban con los espejos o los cuadros que otras noches se resumieron en una pincelada, los que nos regalaron el ritmo de esa noche inolvidable, pero a las 8,00 de la mañana, una hora antes de una atractiva propuesta de viaje improvisado, que días después realizaría, quizás lo que nos unió fueron esas historias que contar, las que mayormente nos confundieron y nos fundieron el alma acongojada por las causas perdidas.
Así me creí sentir como el virginal Derek al conocer a Tedeschi y encontrar a sus poco más de 20 años a alguien de casi diez más con la que sintió revivirse en una yaga de nuevas sensaciones que atravesaran cada una de estas noches interminables.
"Drink to me with thine eyes, and I will pledge with mine -cantó lenta y suavemente, en voz baja-. Or leave a kiss but in the cup, and I'll not ask for wine."
(Crónicas marcianas).
3 comentarios:
Andsha, un abrazo y que disfrutes esta noche y las que siguen.
¡Feliz Navidad!
Muchísimas gracias Anderea, por los buenos recuerdos que vendrán. Feliz navidad y -ya casi presente y adelantado- que sea un feliz 2013!
Felicidad también para ti, Andhsa, en este año que acaba de comenzar.
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