Hablamos, reímos, compartimos esperanzas, nuevos logros, probamos el límite que separa la llenura del empacho y, afortunadamente, no tratamos ciertos temas de política que suelen llegar a dar lugar a discusiones como animales que juegan a ser humanos de una granja en rebelión.
Pero hoy igual que entonces, desde que me topé con la brillante idea del efecto desatascador de jugar con las palabras, escribo para no gritar y escribo luego grito -dejando atrás a Descartes- para no romper a llorar.
Sólo basta una canción sin voz de fondo y un diálogo sobre el amor, su pérdida y Argentina para que se remueva aquello que ha poco tiempo que está cauterizado pero hoy, a diferencia de entonces, la necesidad carece del sentido inicial convirtiéndose en una simple forma de memorizar, de mantener por un momento los recuerdos y relegarlos al tiempo mas no al olvido.
Pero hoy igual que entonces, desde que me topé con la brillante idea del efecto desatascador de jugar con las palabras, escribo para no gritar y escribo luego grito -dejando atrás a Descartes- para no romper a llorar.
Sólo basta una canción sin voz de fondo y un diálogo sobre el amor, su pérdida y Argentina para que se remueva aquello que ha poco tiempo que está cauterizado pero hoy, a diferencia de entonces, la necesidad carece del sentido inicial convirtiéndose en una simple forma de memorizar, de mantener por un momento los recuerdos y relegarlos al tiempo mas no al olvido.
No me sorprende tu incapacidad de amar o apegarte lo suficiente como para que no te duela; no me sorprende tampoco que llegues lograr que las cosas te lleguen demasiado cerca pero sí que no seas capaz de encauzar y reconocer que cuando las cosas empiezan sin base, sin apenas razón de ser, todo se basa en el dolor de la incoherencia...
...ni que busques la paz en otros bares, en otras gentes, en unos brazos que te aporten el calor efímero de condolencia desinformada, que en realidad no fue nada más que el duelo entre tu piel y el olvido.
A partir de aquí, convendría poner en situación. Me alegra poder decir que cada vez escribo algo pero comparto poco -en estos lares- por dos razones muy simples que empiezan por la falta de tiempo y terminan con el encuentro semanal de cierto grupito de rara avis de evolucionada experiencia que se reúnen para reinventar la fórmula de la relatividad emocional por medio de poesía.
Por este par, este tipo de textos interminables se lo comen otros pasando de monólogos a la dialéctica llena de impresiones, experiencias personales y otros poemas. Aunque desconozcan la existencia de este lugar, si por alguna razón terminan cayendo aquí, querría daros las gracias por esos miércoles que han pasado de la nada a poder disfrutar de vuestra compañía.
Por lo visto tengo que salir corriendo, Gorka acaba de gritarnos desde la puerta que hemos de salir corriendo para ver "algo". Estas prácticas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario