Y lo deseo en las noches cuando se me derrama en el desvelo la bohemia desolada de tu ausencia.
Amanece y te deseo con la cara mojada y estos ojos yacentes en la impotencia de mis pensamientos mientras te resbalas por mi tez húmeda, olvidándote en la monotonía de la que una vez renegaba.
Ahora vuelve la noche, y nos deseo...entre estos puntos suspensivos.
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