martes, 25 de mayo de 2010

"Verde Mar"

Si habéis visto a una loca en la playa de la Concha de San Sebastián dejando sus bolsas en la arena, quitándose el cinturón, ir corriendo y mientras tanto ir pensando en qué era lo que hacía su cuerpo y meterse en el agua con todo y ropa... Sí, esa he sido yo...

No me gustaría haberme visto desde los ojos de los que estaban delante porque hubiera dicho: pero qué hace esta de repente?

Pero Dios, me sentí libre, sentí como que mi cuerpo reaccionaba antes que mi pensamiento y que me dejaba llevar por el impulso y las ganas tremendas de meterme en el mar, nadar y sí, sentir el tacto del mar en mi piel, saborear la libertad salada.

Se me puede tachar de loca, una persona que le dan impulsos y que generalmente le dicen "a que no te atreves..." -con cosas con las que no se atrevería- y lo hago; pero esta vez no ha sido así, ha sido "¿me meto?" y cuando me quise ver... corría, dejaba atrás todo lo demás sin pensar, simplemente me lancé al agua y, por cierto, ¡qué rica que estaba!

Después nos fuimos separando y ¿dónde terminé? En la comuna siendo recibida por un guiño del "griego", es decir, el camarero de un sitio con el encanto de sacar de nosotros ese aire de sueños hechos reales junto con música alternativa en directo e imágenes de The Beatles, Frank Sinatra, Billy Holiday, The Rolling Stones, Jimmy Hendrix... y un gran etc.

Y sí, hablando de la vida, hablando de esas cosas de las que Grace y yo solemos hablar cuando estamos en la comuna... es decir de todo y de nada en particular, como el título de su blog.

Verde mar


De tanto quererte, mar,
el corazón se me ha vuelto
marinero.
Y se me pone a cantar
en los mástiles de oro
de la luna, sobre el viento.
Aquí la voz, la canción.
El corazón a lo lejos,
donde tus pasos resuenan
por las orillas del puerto.
De tanto quererte mar,
ausente me estas doliendo
casi hasta hacerme llorar.

¡Mar!
Y es como si, de pronto,
se hiciera claridad.
Ángeles desnudos. Ángeles
de brisa con luz. Cantar
del agua que danza una
zarabanda de cristal.

Islas, olas, caracolas.
Grito blanco de la sal...

Y el corazón, de latido
en latido, dice ¡Mar!

Poema de la barranquillera Meira del Mar cuya poesía también es excelente y me hubiese encantado conocerla pero por desgracia murió el año pasado... ¡Qué vida ésta! Por eso es mejor disfrutarla, tener esos momentos locos de los que guardes un recuerdo y poder decir "sí, he vivido"

2 comentarios:

JOSÉ TADEO TÁPANES ZERQUERA dijo...

Hola Andsha:
Aunque yo soy un poco más como Lao Tsé, que piensa que muchas veces, no hacer nada es la única manera de hacerlo todo, es decir, aunque no haga las cosas por el simple hecho de tener algo que recordar o que contar, sino que vivo más en mi mente que en mis emociones, sí te agradezco este baño de mar.
Yo también he sentido la llamada del mar y he hablado con él varias veces, incluso, alguna vez para salvar la vida.
Los versos, también preciosos. Me encanta San Sebastián, y que no me vayan a lapidar mis coterráneos de esta mi Bilbao. BESITOS:
Tadeo

Calle dijo...

jajaja excelente ands! veo que sigues siendo tú, me encanta!!! Y qué envidia insana me das... por el mar, por la playa y por hacer caso a esos arrebatos de pasión que hacen la vida emocionante. Me alegro de ser una perdida más :D Besos!